Luego de construir el modelo acerca del espacio de práctica, creo que es preciso abordar un hecho innegable: somos seres holísticos, y como tales, cuando hacemos la pregunta sobre cómo estamos, entran aquí cuerpo, mente y espíritu.
En el libro Técnica Alexander para músicos, Rafael García nos habla cómo en la “zona de confort” se produce una conexión plena con la música donde “la interpretación se experimenta con fluidez y el cuerpo actúa sin interferencias (…) un estado de sincronización ideal entre pensamientos, emociones y movimientos”.
En esa zona nos jugamos el equilibrio entre tensión y relajación, el que se manifestará a todo nivel. Desde esta zona se proyectará nuestra práctica, sus resultados y nuestro goce (o no) en el proceso.
Para terminar, les quiero dejar aquí algunas preguntas que espero los ayuden a construir y habitar su espacio de práctica:
_ ¿Suele haber al menos un elemento constante en tu espacio de práctica? (el lugar, la hora, tu estado de ánimo, tu nivel de tensión, por ej.)
_ Si piensas en tu práctica del último año ¿cómo ha sido el balance entre tu estado interno y el lugar físico?
_ ¿Crees que el tomar consciencia de tu rol activo en la construcción de un espacio de práctica puede beneficiar positivamente tu carrera como músico?
_ Si ha tenido sentido para ti este artículo y has decidido poner en práctica este modelo de trabajo ¿con qué acción específica vas a comenzar?
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